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lunes, 2 de diciembre de 2013

LA GRAN MANCHA DE BASURA DEL OCÉANO PACÍFICO

Su existencia fue predicha en 1988 en una edición publicada por la National Oceanic And Atmospheric Administración (NOAA) de los Estados Unidos. Se basaba en los resultados obtenidos en muchos laboratorios de Alaska entre 1985 y 1988, que midieron plástico flotante en el océano Pacífico Norte que encontraron altas concentraciones de desechos marinos acumulados en zonas especiales de las corrientes oceánicas.
Pero no fue hasta 1997 cuando Charles Moore (el navegante y oceanógrafo) constató las primeras evidencias y localizó la masa de desechos.
Este basurero oceánico se caracteriza por tener concentraciones excepcionalmente altas de plástico suspendido (botellas, tapones, redes, material de embalar,neumáticos,etc) que han sido atrapados por las corrientes del giro del Pacífico Norte (formado por dos vórtices de corrientes oceánicas que empujan los desechos desde Norte América, Asia y las Islas Hawaianas). A pesar de su tamaño y densidad, el lote de basura oceánico es difícilmente visible mediante fotografías de satélite y no es posible localizarlo con radares.

Fig.1
Se encuentra localizada aproximadamente como muestra la figura 1, pero la situación exacta de sus límites varia parcialmente, ya que si bien las corrientes la mantienen agrupada, también se encuentra en constante movimiento.
Las estimaciones sobre su tamaño global oscilan entre los 1.400.000 km² y los casi 2.000.000 km² (figura 1). Extendiéndose desde hasta unos 10 metros por debajo del agua. Se pueden ver algunas de las partículas y piezas de basura más grandes que están flotando en el agua, pero la mayoría de la contaminación está debajo del agua en la forma de partículas muy pequeñas (figura 2).
Fig.2
Se estima que sólo el 20% de la basura proviene de actividades realizadas en las aguas (desechos de plataformas, buques y factorías flotantes) y el 80% proviene de actividades realizadas en tierra firme que alcanzarían esta zona al ser arrastrados por las corrientes desde las desembocaduras de los ríos, dado que muchas áreas urbanas e industriales no cuentan con planes de depuración de sus aguas residuales.
Actualmente hay más de 100 millones de toneladas de basura flotante en esta “sopa de plásticos”, dato que se tomó en el año de 2010 por la fundación Algalita Marine Research.





Su afección al medio es enorme;
  • La fracción más grande (botellas, redes, etc) (Figura 3) se enreda en los animales y los ahoga, estrangulándolos e inmovilizándolos.
  • Dado que las partículas de la fracción más pequeña de plástico (Figura 3) son indistinguibles para los animales del plancton, prácticamente en todos los animales marinos sobre los que se ha estudiado han presentado en el estómago un porcentaje de basura, en vez de su comida natural; esto produce desnutrición además de otros problemas de salud: la basura no es digerible y tampoco es nutritiva y esta provoca pérdida de peso, perdida de fecundidad, enfermedades y la muerte en los casos en los que ya no es capaz de ingerir alimentos.
  • Los habitas de muchas especies costeras también se ven afectados cuando por acción de las tormentas y de las corrientes llevan a que la masa toque tierra.
  • También se presentan como perfectos trampolines para que especies invasoras se expandan con más facilidad.
  • Toxinas presentes en los plásticos que se van liberando.
Esto se ha trasladado a los humanos ocasionando grandes perdidas económicas, por reducción de la pesca, daños en las embarcaciones e infraestructuras litorales y reducción del turismo.

Todo ello está llevando al desarrollo de múltiples opciones para su corrección, desde el diseño que ha presentado Corea del Sur para aspirarlos y llevarlos a tierra para su reciclado, al de algunas fundaciones de Estados Unidos que proponen modificar barcos pesqueros para que puedan atraparlos y arrastrarlos a tierra para usarlos como combustible en incineradoras. Hasta la propuesta de un grupo de arquitectos que conllevaría la fijación de dichos plásticos consiguiendo una superficie sólida y así crear una gigantesca isla artificial. Sin ser ninguna de ellas a día de hoy mucho más que planificaciones debido a los altísimos costes que conllevarían.
Finalmente, la constatación del caso del Pacífico ha llevado al estudio de otras áreas con corrientes similares, dando como resultado el descubrimiento de otros espacios marinos donde la concentración paulatina de plásticos es destacable, sin llegar a ser de tal magnitud. Ejemplo de ello es la Mancha del Atlántico Norte que se estima situada entre las Bermudas y las Azores, sin que está se encuentre definida aún en su totalidad.


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